A veces el comportamiento de uno de nuestros alumnos nos genera un interrogante… ¿se trata simplemente de un caso de mala conducta o es señal de alguna discapacidad? Esta pregunta suele ser planteada en distintos ámbitos.

En principio debemos tener en cuenta que la infancia es el período durante el cual se adquieren muchas de las destrezas que usaremos a lo largo de nuestra vida: la escucha, el habla, la lectoescritura, el razonamiento lógico, entre otras. Algunas de estas habilidades pueden ser más difíciles de aprender. Si notamos que un niño o una niña que ha atravesado procesos de aprendizaje apropiados, no logra avanzar al ritmo de sus compañeros, es preciso indagar la causa y procurar ayudarlo.

¿QUÉ ES UNA DISCAPACIDAD DEL APRENDIZAJE?

La discapacidad en el aprendizaje describe una variedad de dificultades que afectan la forma en que el cerebro obtiene, utiliza, almacena y transmite información.

Primeramente vale recordar que cada niña y cada niño se desarrolla y aprende a un ritmo diferente. De todos modos, algunos niños/as pueden presentar discapacidades específicas del aprendizaje, por ejemplo para la lectura o para las matemáticas. En cambio otros podrían atravesar cuadros que afectan el aprendizaje, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Otros podrían presentar más de una discapacidad, que pueden llegar a interferir a la hora de aprender. Por lo tanto es de suma importancia identificar con claridad cada una de estas características, antes de decidir cómo proceder y de qué manera ayudarlo.

Si bien las dificultades de aprendizaje no siempre son obvias, existen algunas señales que pueden orientarnos, de acuerdo a su edad.

Los niños/as en edad preescolar pueden manifestar:

  • Retraso en el desarrollo del lenguaje. Un niño/a en edad preescolar (2 años y medio) debería decir frases u oraciones cortas.
  • Dificultad para aprender colores, formas, letras y números
  • Dificultad con la coordinación. A los 5 años de edad deberían poder saltar, abotonarse su ropa, usar lápices.
  • Períodos de atención breves. Entre los 3 y los 5 años de edad debería poder escuchar una historia breve. A medida que crece, debería poder prestar atención durante más tiempo.

Los niños en edad escolar y los adolescentes pueden manifestar dificultades para:

  • Comprender instrucciones verbales
  • Seguir instrucciones
  • Aprender datos y recordar información
  • Leer, deletrear o pronunciar palabras
  • Escribir con claridad (también es posible que tenga mala caligrafía)
  • Realizar cálculos matemáticos o resolver problemas con enunciados
  • Concentrarse en las tareas escolares y terminarlas
  • Explicar información con claridad en forma oral o escrita.

FRUSTRACIÓN O ENOJO AL TRATAR DE APRENDER

Esta suele ser la causa principal de una mala conducta. Alguien que no puede aprender por no encontrar una propuesta acorde a sus necesidades, se inclina a buscar otras actividades. Por lo general en espacios institucionales las reglas suelen ser más estrictas, y ante una dificultad de aprendizaje podemos encontrar niños y niñas frustradas por no poder entender. Algunos “molestan” en la clase por estar aburridos. En tal caso, es sano y necesario:

  • Concentrarnos en sus fortalezas.

Siempre habrá cosas que hace bien y cosas que le cuestan. Encuentre sus fortalezas y ayúdelo para aprender a usarlas. Quizás es bueno en matemáticas, música o deportes; o podría ser hábil en el arte, en el uso de herramientas o en el cuidado de animales. Asegúrese de elogiarlo con frecuencia cuando hace algo bien o logra resolver una tarea.

  • Desarrollar habilidades sociales y emocionales

Las dificultades de aprendizaje combinadas con los desafíos propios del crecimiento, pueden generar tristeza, enojo o aislamiento. Sería oportuno elegir actividades que se enfoquen en la amistad y la diversión. Estas actividades también pueden fomentar la confianza.

  • Planificar a futuro

Muchos padres se preocupan por el futuro debido a las dificultades de aprendizaje de sus hijos. Acompañe a su hijo hacia la adultez alentándolo a tener en cuenta sus propias fortalezas e intereses, para cuando elija su formación y su carrera. Recuérdele que el hecho de aprender de diferentes maneras no condiciona sus inteligencias. De hecho, muchas personas con dificultades de aprendizaje muestran un excelente desempeño profesional y disfrutan de muchos logros a lo largo de su vida. Los programas especiales de formación y trabajo pueden ayudar a fortalecer la confianza mediante el desarrollo de destrezas laborales y de toma de decisiones.

Si tiene alguna inquietud sobre el aprendizaje de su hijo, desde ya recuerde que no todo es simplemente una cuestión de “mala conducta”. Un nene con dificultades de aprendizaje puede aprender y desarrollarse con éxito si recibe el apoyo adecuado. Cuanto antes lo detectemos, podremos acceder a la ayuda oportuna y adecuada para su hijo. Hable con sus maestros y consulte con profesionales especializados en el tema.


Natalia Cassano

Natalia Cassano tiene 29 años, nació en la ciudad de General La Madrid, vivió allí con mis papás y hermanos. A los 19 años se mudó a la ciudad de Bahía Blanca, para su formación profesional. Es Profesora en Educación Especial con orientación en Discapacidad Intelectual y Discapacidad Neuromotora. Acompañante terapéutica. Actualmente está finalizando el Profesorado en Educación Primaria. Trabaja en dos escuelas. Durante varios años sirvió en el ministerio de niñez. Actualmente es voluntaria en una ONG “Centro La Misión” y participa en el programa “Escuela para familias”.

“AMO MUCHO MI PROFESIÓN, Y MI ANHELO ES PODER SERVIR A DIOS CUMPLIENDO MI PROPÓSITO EN EL ÁREA DE DISCAPACIDAD.”

Forma parte de la RED INTEGRADORA DE SBA y junto a otros profesionales, voluntarios, especializados en el trabajo con personas con discapacidad dona su tiempo y conocimiento para servir a la iglesia Cristo.